Te voy a contar una breve historia…
… que demuestra cómo a veces la rentabilidad más alta no es la mejor opción ni la más ventajosa, ya que dependerá de cómo se calculan los intereses.
Hace ya algún tiempo, un buen amigo que sabe me dedico a la formación en finanzas, me pidió consejo a cerca de una inversión que tenía previsto realizar.
Me comentó que tenía algunos ahorros que quería invertir en algún producto sin riesgo durante los siguientes 9 meses. Después los daría como parte del pago para su nueva casa, cuya compra ya tenía cerrada.
También me dijo que había consultado en su banco y en otro que le habían recomendado sobre productos adaptados a su necesidad y que le habían ofrecido lo siguiente:
- Por parte de su banco (Banco A): Un depósito a 9 meses con una rentabilidad del 2,5%, siempre y cuando cumpliese algunas condiciones.
- Por la entidad recomendada (Banco B): Un depósito 9 meses con una rentabilidad del 2,52%, siempre y cuando cumpliese algunas condiciones.
En base a esta información, y puesto que las condiciones eran similares, le parecía claro que tenía que contratar el producto que le ofrecía la entidad que le habían recomendado.
Le pedí que me facilitase toda la información que tuviera por escrito y le dije que en un par de días nos volvíamos a ver.
A los dos días yo tenía las cosas mucho más claras, y esperaba ser capaz de explicarle qué motivaba mi decisión de continuar con su banco, a pesar de que el tipo ofrecido era inferior.
Le empecé explicando que los intereses que cobraría a los nueve meses se calculan en base a una fórmula que tiene en cuenta el capital prestado, el tiempo (t) y el tipo de interés (r) y utiliza lo que se conoce como capitalización simple, pero que no quería aburrirle con tecnicismos.
Le señale también que, en contra de lo que mucha gente cree, el tipo de interés que le ofrecían era anual. Es decir, él cobraría, por ejemplo 102,5€ por cada 100€ depositados (un 2,5%), si mantenía el depósito 1 año. En su caso los intereses serían una parte proporcional correspondiente a los 9 meses del depósito.
Que las entidades financieras para calcular esa proporción pueden utilizar distintos métodos de cálculo.
- Uno de ellos es calcular el cociente entre los días en que se ha mantenido el depósito, por ejemplo 270 días (30 días *9 meses) y un año de 360 días. Es decir: 270/360
- Otra posibilidad es que ese cociente se calcule entre los días en que se ha mantenido el depósito. 270 en nuestro caso, y un año de 365 días. Es decir: 270/365
- Le dije que había un sistema más que consideraba siempre meses de 30 días y por lo tanto un año de 360 días. Le comenté que este método se utilizó muchísimo antes de la aparición de los ordenadores. La razón es que el cálculo de los días transcurridos entre dos fechas era francamente sencillo.
Dependiendo de la metodología utilizada para el cálculo de los intereses, un producto con mayor interés nominal no siempre es más ventajoso
Por ejemplo, le dije, si querías saber cuántos días van entre el 17 de marzo y el 23 de noviembre solo había que hacer los siguientes cálculos:
- Calcular los meses enteros. En este caso, abril, mayo, junio, julio, agosto, septiembre y octubre. Son por tanto 7 meses de 30 días cada uno total, 210 días.
- Sumarle los días que van entre el 17 de marzo y el 30 de ese mes; 13 días
- Sumarle los 23 días de noviembre.
- Por tanto; 210+13+23, lo que da 246 días
- Y por último calcular el cociente entre los días en que se ha mantenido el depósito y los días reales del año, lo que solo se diferencia del segundo en el caso de años bisiestos, ya que se dividirá entre 366 y en vez de entre 365.
En las condiciones que le había facilitado las dos entidades bancarias, cada una se había decantado por uno distinto.
- Su banco (banco A) utilizaba para el cálculo el primer sistema, días/360.
- La entidad recomendada (banco b) el segundo método, días/365.
Ahora ya podía exponerle mi argumento para escoger a su banco a pesar de que el tipo de interés era más bajo (2,5%).
Para ello calculamos los intereses que obtendría en cada uno de los casos por cada 100 euros invertidos.
- Banco A: Intereses = (100€*0,025*270/360) = 1,875 euros.
- Banco B: Intereses= (100*0,0252*270/365) = 1,864 euros
Con este simple cálculo, le pude demostrar que en ciertas ocasiones hay que analizar con algo más de detalle la información disponible, y cómo un producto con menor interés nominal es más ventajoso debido a la metodología utilizada para el cálculo de los intereses.
Mi amigo quedó encantado y yo también de haberle ayudado. Minutos después quiso que le explicara la diferencia entre el TAE y el TIN y algunas dudas más.
Le dije que estaría encantado, pero que mejor lo veíamos otro día. Esperamos contar contigo de nuevo por aquí para cuando llegue ese día, y si no puedes esperar más, te invitamos a que eches un vistazo al curso de Matemáticas Financieras, gracias al cual te sentirás más cómodo que nunca con los tipos de interés.
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